EXPEDICIÓN CANINA

Hace un año por estas fechas, Colette y yo hicimos nuestro primer curso presencial de educación canina con Patricia Guerrero, más conocida como PAT educadora canina, y del que os hablamos como una experiencia totalmente recomendable en el post que escribimos en PomPomDog y que podéis recordar pulsando aquí. Hace unos días, volvimos a encontrarnos con PAT para participar en la expedición canina que organizaba. ¿En qué consistió esta expedición?
Desde hace un año podemos decir que PAT “se ha hecho las Españas”, y es que, a través de lo que ella ha llamado “Expedición Sur” y “Expedición Norte”, ha recorrido 20 ciudades españolas impartiendo el curso “Mi Perro”, que es el que hicimos con Colette. PAT tomó Madrid como punto de partida para estos cursos y ahora, también como punto final, ya que precisamente es en Madrid donde PAT despide esta expedición por España, y comienza una nueva aventura para la que, desde aquí, le deseamos todo lo mejor.
En esta expedición hicimos una excursión campestre por la Sierra de Guadarrama, comimos un rico brunch humano y perruno, postre incluido con Sira de “Las tartas de Sira”, practicamos ejercicios y juegos con nuestros perros, tuvimos sorpresas y regalos y, sobre todo, tuvimos la oportunidad de preguntar en directo a PAT todas nuestras dudas perrunas.
Y, por supuesto, compartimos la mañana con otros perros, conocidos como Jazz, o desconocidos como Bowie, Carlota, Chapa, Fox, Gómez, Indi, Kaly, Luca, Leia, Max, Pati, Regaliz, Rua y Troy y sus simpáticos dueños. Y el famoso Bongo, el perro de PAT al que por fin conocimos. Echamos de menos a amiguitas como Mía o a Lacollieflor, que habíamos conocimos en el curso. Gracias a PAT, tuvimos la suerte de que nos acompañaran otros profesionales del mundo canino, como la educadora canina Olga de “Caminadogs” y Myriam de la tienda de juguetes para mascotas “Family dog” ¡Todo un lujo! ^_^

Colette fue objeto de admiración por el resto de la manada ya que se portó como una campeona pues recorrió a su ritmo, lento pero seguro, los más de 10 kilómetros que tenía esta ruta, sin queja alguna, ni “pedir brazos”. Que no se diga que los perros pequeños, como los Pomeranias, no pueden hacer lo mismo que los grandes. Es más, ellos no son conscientes de su mini tamaño, y nosotros no deberíamos limitarlos en una actividad tan saludable como puede ser una ruta por la naturaleza.
Y vosotros, ¿soléis hacer rutas campestres con vuestros perritos?
Si queréis recomendarnos alguna ruta en los comentarios de este post, estaremos encantadas. ¡Muchas gracias!