RETIRO DE DOGA

Vacaciones en una casa flotante en un lago (más información aquí), vacaciones en una cabaña en un árbol (pulsa aquí), vacaciones en una casa rural para asistir a un festival de música country (y aquí también). Estos han sido los destinos de las vacaciones en Francia de Colette en los últimos años. ¿Queréis saber qué ha hecho Colette este verano? Sigue leyendo este post para descubrirlo porque os aseguramos que os sorprenderá y encantará a partes iguales ^_^
Este verano nos hemos quedado en España pero hemos viajado al norte, más concretamente a Galicia. Pero lo original de estas vacaciones no ha sido el bonito destino con paisajes verdes, montañas y cascadas, que también, sino el propósito de este viaje: hacer un retiro de doga con Patricia Guerrero, más conocida como “Pat educadora canina”, y de la que ya os hemos hablado en este blog tanto por el curso presencial de educación canina (pulsa aquí para recordarlo) como por la expedición por la sierra de Madrid (más información aquí), a los que asistimos con ella.
La palabra “doga”, acuñada por Suzi Teitelman, es la unión de yoga + dog, y consiste en compartir posturas con nuestras mascotas basadas en el yoga y masajes relajantes adaptados a ellos, respetando sus movimientos naturales, su tiempo y su espacio.
Tal y como cuenta Pat, el doga es una actividad fantástica para habituarles a las caricias, a los estiramientos y a la presencia de otros perros, de una manera divertida y relajada. Además, así se acostumbran a ser manipulados y a que se encuentren menos estresados en las visitas al veterinario o a la peluquería. Si queréis saber más acerca del doga podéis encontrar más información en la página web de Pat , e incluso apuntaros a su interesante curso online, como el que hicimos nosotras.
Tuvimos la suerte de compartir este retiro de doga con Bowie, Chloe, Ori, Maya y Nico, los adorables “alumnos peludos” del curso y sus simpáticos humanos. Como ya os he comentado en otras ocasiones, Colette es tímida, “perrunamente hablando” y amante de la tranquilidad, y aunque le costaba unirse a los juegos de sus compis y seguirles el ritmo en las excursiones, disfrutó como la que más los momentos “zen” de estiramientos y masajes con aceites esenciales sobre la esterilla de yoga.
En mi experiencia, estas mini-vacaciones nos han servido para conectar más entre nosotras, y si integramos la práctica del doga en nuestra rutina diaria, estoy segura de que Colette y yo fortaleceremos el vínculo que nos une <3
Y vosotros, ¿qué opináis del doga? ¿os gustaría hacer un retiro de doga con vuestro perrito?
Sentimos curiosidad por saberlo y estamos deseando que nos lo contéis abajo en los comentarios de este post.